Bueno, dejamos a Caín en la Tierra de Nod, en el actual Irán, en el Golfo Pérsico y nuestra próxima parada es el Monte Ararat en la actual Turquía. Sin embargo, no es conveniente que confundamos la ciudad de Ararat, situada en Armenia (cuya capitales EREVÁN), en la frontera con Turquía, con el Monte Ararat situado en Turquía (cuya capitales Ankara). Ararat, como os decía, comparte nombre con el Monte Ararat, situado al otro lado de la frontera, en Turquía, cuya cima se encuentra a 5.137 metros lo que le convierte en el monte más alto de Turquía. Este volcán impresionante con una cima constantemente cubierta de nieve eterna sólo está a algunos kilómetros de la ciudad de Aratat y se distingue perfectamente desde ella . Pero, para llegar hasta allí tendremos que dar una vuelta de varios kilómetros y pasar por Georgia, puesto que la frontera entre Armenia y Turquía está cerrada. Pero la pregunta es...¿Qué se nos ha perdido en Turquía? La Biblia narra en el Génesis, su primer libro, que Dios encargó a Noé construir un gran barco en que debería meter un macho y una hembra de cada especie animal para que así sobrevivieran al gran Diluvio Universal y pudieran, después, volver a repoblar la Tierra. Y según la tradición cristiana, este enorme arca, pasada la lluvia, atracó en las «montañas de Ararat». Precisamente ese es el nombre del pico más alto de la actual Turquía, aunque las Sagradas Escrituras no precisan el lugar exacto. Y fue ahí, bajo esta enorme montaña, donde un grupo de investigadores cristianos aseguraron, en 2010, haber encontrado restos del barco. La elevación de esta zona, cercana a la cumbre, sí reproduce el contorno de lo que podría ser un arca de grandes dimensiones. Vayamos por partes: La historia del arca de Noé, según se narra en los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, comienza así: Yahvé observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la violencia y la maldad crecía en ellos. De hecho, la violencia era tanta que, a los ojos de Yahvé , la Tierra estaba arruinada, por lo que decidió destruir esa generación. Sin embargo, uno de sus habitantes era un hombre justo llamado Noé. «Un hombre justo y recto entre sus contemporáneos», y decidió advertirle para que se salvara con su familia. Yahvé dijo a Noé que construyera una embarcación, y que llevara con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a las esposas de estos. Un hombre bueno fue elegido por Dios para salvarse de un terrible diluvio y, de paso, preservar a los animales y salvar a la humanidad. Así lo cuenta la Biblia. Pero, ¿por qué otros pueblos de la antigüedad narran una historia similar? En la India, en Sumeria, en Nueva Guinea, en Australia, etc. Cuando Austen Henry Layard encontró, en 1844, las ruinas del palacio asirio de Nínive (la mayor ciudad descrita en el Libro de Jonás), no podía sospechar que entre ellas iba a aparecer el primer relato del arca de Noé. Layard encontró en el siglo XIX en las primeras tablillas en escritura cuneiforme, los primeros signos escritos de los que se tiene noticia. Y con ellas halló el origen de una de las historias de la Biblia, la del Diluvio Universal y el arca de Noé narrada en el libro del Génesis. Más de 25.000 tablillas se enviaron al Museo Británico. --> Pregunta para Carlos....¿Por qué al Museo Británico? En 1857 por fin se lograron descifrar. estaban escritas en acadio, una antigua lengua semítica. Pasaron otros 15 años hasta que, a finales de 1872, George Smith conservador del Museo Británico, se percató de que uno de los fragmentos de aquellas tablillas narraba la historia bíblica de Noé. Un hombre justo, elegido por los dioses por su bondad, había salvado a su familia y a los animales al embarcar en una gran nave. Envió pájaros para saber si las aguas habían bajado; su barco acabó posado en un monte ¿Os suena? Había hallado un documento que probaba que lo que contaba la Biblia tenía una base histórica. El 3 de diciembre de 1872, George Smith hizo público su hallazgo ante la recién nacida Society of Biblical Archaeology. Habló ante el arzobispo de Canterbury y el primer ministro Gladstone, que quedaron petrificados, como el resto de la audiencia, ante el anuncio de que la historia del arca y del Diluvio ya existía en un primitivo documento de arcilla. Se produjo una enorme revuelo pero, pese a la controversia que causó aquello, la investigación no se detuvo. Se desenterraron más tablillas en Nínive, se tradujeron, se estudiaron y se fueron encajando los fragmentos hasta quedar construido Gilgamesh, el relato escrito más antiguo del mundo, anterior en mil años a nuestra Iliada. Gilgamesh narra las aventuras de quien fue rey de la ciudad mesopotámica de Uruk hacia el año 2750 a. C. Gilgamesh ha perdido a su gran amigo Enkidu y emprende un viaje en busca de un remedio contra la mortalidad. En su epopeya se encuentra con Utnapisthim, el Noé babilónico, que le cuenta su salvación en un arca gigante. Los estudiosos creen que el origen de la historia se encuentra en Mesopotamia. cuando se desbordaban los ríos Tigris y Éufrates (en el Gofo Pérsico donde estaba el Paraíso), anegaban todo lo que era conocido para los habitantes de la zona, con lo que universalizaban la inundación y creían que el mundo entero (lo que abarcaba su conocimiento) estaba bajo las aguas. Se cree que esta narración se puede referir a un diluvio prehistórico real. En las excavaciones de Ur, una antigua ciudad del sur de Mesopotamia hoy ubicada en Irak, se encontraron en 1854 restos de una civilización presumeria debajo de una gran capa de lodo de cuatro metros de espesor, que prueban que algo así sucedió. Los babilonios buscaron una explicación divina a aquella terrible inundación. Imaginaron así el hartazgo de los dioses ante unos hombres ruidosos y folloneros. Los dioses estaban molestos por el alboroto de la humanidad, empeñada en igualarse a los dioses, desertando del puesto asignado de servirles. Para librarse de los hombres bulliciosos, se programa el Gran Diluvio, pero la diosa Ea se apiada de Utnapisthim (que se traduce como ‘el dueño de la vida’) y le advierte y aconseja que construya el arca. Es muy probable que esta historia la escucharan los israelíes durante su exilio en Babilonia, hacia el 597 a. C. Les pareció una buena explicación a su propia situación. estaban expulsados, necesitaban un renacer, una historia de esperanza. Adaptaron la epopeya de Utnapishtim. La convirtieron al monoteísmo: a Noé pasó a ser un personaje sacerdotal y echaron sobre los hombres la responsabilidad del cataclismo (‘diluvio’, en griego); era un castigo divino a la maldad que el hombre había extendido sobre la Tierra. El relato circuló de manera oral y en el siglo I de nuestra era se incluyó en el texto oficial de la Biblia en hebreo. Es la historia de una segunda creación. Dios crea a Adán y Eva, de su descendencia procede la humanidad, pero, al ver que el mal y la crueldad se han extendido, decide eliminarlos; a todos, salvo a Noé (cuyo nombre significa ‘descanso’), al que elige para dar al hombre una segunda oportunidad. |
5.- El Monte Ararat
julio 07, 2021
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